Todo comenzó con una raya que “comía” cuadraditos en una pantalla en blanco verde y negro. Fue en 1998 con el clásico “Snake” de los móviles de Nokia (concretamente en el primero que vio la luz fue en el Nokia 6110) cuando los videojuegos para teléfonos móviles comenzaron a dar sus primeros y tímidos pasos.
El siguiente hito fue la llegada del llamado WAP (Wireless Application Protocol), una tecnología que permitía a los rudimentarios teléfonos de principios del siglo XXI conectarse a internet para descargar contenidos como tonos de llamada, imágenes de fondo de pantalla y, por supuesto, juegos.
Este impulso hizo que Nokia (otra vez) apostase fuerte por el “mobile gaming” lanzando en 2003 un teléfono diseñado específicamente para ello: N-Gage, un dispositivo con un aspecto similar al de una videoconsola portátil que acabó protagonizando multitud de memes (“sidetalking memes”) en internet dado que tenía que ser colocado sobre la oreja cuando se realizaban llamadas. Este fallo de diseño y el hecho de que la tecnología no había evolucionado lo suficiente como para poder competir con gigantes como Nintendo o Sony, que acababan de sacar sus propias consolas portátiles, hizo que N-Gage fuese un rotundo fracaso.
El mercado no vivió su verdadero “boom” hasta 2008. El primer iPhone vio la luz este año, y Apple tenía que al público una buena razón que demostrara que toda la tecnología que incluía su nueva criatura, era algo más que mera tecnología. Así nació la App Store, un gran bazar en el cualquiera podía encontrar y descargar con gran facilidad todo tipo de contenidos que le daban sentido a las características del teléfono.
Esta tienda en línea creó además un nuevo ecosistema en el que los desarrolladores independientes, los hasta entonces grandes marginados del sector, podían poner sus creaciones a disposición del público, ya fuera de manera gratuita o cobrando una cantidad de dinero determinada.
Entre los variados contenidos que ofrecía esta primera encarnación de la que, actualmente, es una de las tiendas de aplicaciones más importantes del planeta, comenzaron a destacar los juegos. Así, en 2009, la empresa finlandesa Rovio lanzó uno de los mayores éxitos de la industria del videojuego moderno: “Angry Birds”/, que ya ha sido descargado en miles de millones de dispositivos a lo largo y ancho del planeta.
¿A partir de aquí? La industria empezó a subir como la espuma y comenzaron a surgir nuevos modelos de negocio. Desde juegos gratuitos que incluían publicidad hasta el llamado “free to play” (o “free to start”, según algunas empresas), un sistema por el cual los usuarios pueden disfrutar gratis de la mayor parte de las características de un título, pero con la posibilidad de acceder a ciertas ventajas o a determinados contenidos a través de micropagos.
Y así, paso a paso, llegamos a 2015, un año en el que se espera que este mercado, que ni siquiera ha cumplido todavía la mayoría de edad, genere alrededor de 25.000 millones de dólares. ¡Quién iba a decir que aquella serpiente que comía cuadraditos iba a acabar derivando en algo como esto!
¿Y tú qué opinas de los juegos para móviles? ¿Eres un “gamer” tradicional o prefieres jugar en tu smartphone?