Son ya muchos los mitos que rodean a la figura y labor del influencer. Pensamos que tienen una vida de ensueño, ningún defecto y que su vida se ve a través del filtro valencia. Pues no, amigos, los influencers son personas normales como nosotros, y de ahí que les adoremos tanto y nos transmitan credibilidad. Vamos a desmentir estas y otras leyendas urbanas sobre los influencers, porque son de carne y hueso y a los consumidores nos gusta.
- Colaboran con cualquier marca que le de dinero. Un buen influencer siempre actúa con criterio a la hora de aceptar la colaboración con marcas, son fieles a sus valores e intentan participar en campañas que aporten algo a su comunidad de fans.
- Están arreglados 24×7. Aunque siempre aparezcan divinos en sus fotos de Instagram, los influencers son mortales, se despiertan con legañas y duermen con pijamas de franela.
- Son “couple goals”. Parece que las parejas de los influencers siempre son modelazos, tienen cámaras de fotos buenas con objetivos muy grandes y nunca discuten. Los influencers también sufren por amor y necesitan que les curen ese corazón partío.
- Nunca repiten ropa. Es normal que los influencers muestren en redes sociales sus mejores looks y su ropa de estreno, pero en su día a día repiten outfit, como cualquier otra persona.
- Siempre comen en restaurantes. Parece por sus fotos que los influencers nunca comen de tupper. Lo mejor de esto es que nos descubren nuevos sitios ricos a los que ir a cenar.
- Desayunan hermoso. Aguacate, avena, semillas de chía, queso fresco. Estos son los alimentos fotogénicos imprescindibles en el desayuno de un influencer. Está claro que si se les quema la tostada no van a sacarla en sus redes sociales.
- Solo tienen amigos influencers. Es cierto que tienen cosas en común, pues se dedican a lo mismo, pero luego cada influencer tiene sus amigos de la infancia, del trabajo, de la universidad… Los amigos del pueblo también son friendship goals.
- No trabajan de nada más. Llegar a consolidar una comunidad online, generar contenido cuidado, ser constante e interesar a la gente es un arduo trabajo, pero pocos pueden dedicarse exclusivamente a la labor de influencer. La mayor parte de influencers tienen otro trabajo y su tiempo libre lo invierten en desarrollar su marca personal en internet.
- Lo que hacen es fácil. Cada mensaje lanzado a la red por parte del influencer está medido, pensado y cuidado. Ser influencer conlleva horas de trabajo y mucha experiencia.
- Ser influencer es tener muchos seguidores. La calidad de los contenidos es lo verdaderamente importante, más que el número de seguidores. Un verdadero influencer debe centrarse en que sus redes sociales tengan un buen engagement rate, pues esto será indicador de la influencia real que ejerce sobre su audiencia. Muchas marcas se están comenzando a percatar del inusual desnivel entre seguidores e interacciones en algunas cuentas debido a una clara compra de followers. Es más valioso generar una comunidad fiel que tener muchos seguidores falsos o fake followers a los que no interese tu contenido. Esto es lo que da gran valor a los microinfluencers.
Tras desmontar estas leyendas, lo que queda claro es que los influencers son personas normales que cuidan su imagen en internet y tienen una comunidad fiel.