En ocasiones, es difícil hacer que una cuenta despegue, aunque tenga contenido de calidad. Un gran número de seguidores es una buena primera impresión para los usuarios, pero, ¿es realmente una buena opción comprar seguidores para darle un empujón?
Como si de un capítulo de Black Mirror se tratara, cuando vemos la red social de una empresa o persona, lo primero que hacemos es juzgarla según el número de seguidores. Si hay muchas personas interesadas, lo más probable es que a ti también te pueda interesar, ¿no?
Es el llamado efecto de arrastre, que afecta a los usuarios a la hora de convertirse en tus fans. Pero, ¿deberías forzar esa situación con cuentas falsas?
En el fondo, lo que importa es el engagement y que tu mensaje lo lean personas reales que estén interesadas en lo que haces y que interactúen con tu contenido. Además, ten en cuenta que a ninguna de las redes sociales le gusta esta práctica de los fake followers, y te pueden llegar a castigar por ello. Además, en nuestra plataforma podemos banearte si utilizas técnicas fraudulentas.
Esta plataforma es la más permisiva con las cuentas falsas, aunque hay otras técnicas antes que llegar a comprar followers.
Por ejemplo, está el típico #follow4follow, en el que sencillamente los usuarios te siguen si también les sigues, sin importarles tu contenido. El problema es que no mejora la primera impresión cuando ven en tu perfil que sigues a 2.000 cuentas. ¡Y ya te puedes ir despidiendo de enterarte de tu timeline con tantos tuits!
Un dato sorprendente es que las cuentas más populares de Twitter, como las de artistas musicales y otras celebridades, tienen un gran porcentaje de seguidores falsos, según los datos de Twitter Audit. Es una práctica común que, aunque no aporte interacciones, sí que infla un poco la cifra visualmente.
El principal problema en esta red es que se reduce la tasa de interacción, lo que provoca que el algoritmo de Facebook muestre tus contenidos a menos gente, creyendo que a tus fans en realidad no le interesan tus publicaciones. Tendrás menos impresiones orgánicas y te perjudicará.
Además, hacen purgas periódicas de perfiles falsos, así que igual una mañana te encuentras 2.000 “me gusta” menos en tu página.
Las cuentas falsas duran poco en Instagram, y los números dispares entre el número de seguidores y el número de likes en una foto se notan más que en las otras.
Las redes sociales se caracterizan por establecer una relación con los usuarios, que siguen voluntariamente tu mensaje, y con unas prácticas poco honestas puedes perjudicar tu reputación con los seguidores ya existentes. Además, Instagram tiene en cuenta la interacción a la hora de mostrar tu contenido por la plataforma. Es decir, si tu engagement rate es bajo por haber comprado seguidores, seguramente no llegue a nuevas audiencias.
En definitiva, si quieres impulsar tu cuenta, lo mejor es que dejes a un lado prácticas raras y te centres en conseguir seguidores de calidad, que son los que importan. Planea una estrategia de influencers y microinfluencers que puedan difundir tu mensaje a usuarios que estén interesados de verdad en lo que tengas que contar: Calidad antes que cantidad.
Además, en SocialPubli.com revisamos si los influencers tienen seguidores, pudiendo llegar a banearlos.